El universo Matilde Bello
El año que cumplí los treinta viví dos momentos que, sin yo saberlo entonces, acabarían marcando un antes y un después en mi vida. El primero me permitió terminar mi primera novela, después de años batallando con sus personajes. No la publiqué entonces, ni creo que llegue a publicarla nunca, porque su cometido no era que viese la luz, sino que a través de ella yo pudiese desprenderme de todas las piedras que seguía cargando en mi mochila. Terminarla fue como una liberación que me permitió empezar a explorar otras historias, cerrando etapas y reinterpretando lo vivido hasta entonces. El segundo acontecimiento destacable de aquel año fue descubrir internet. Al principio lo hice con la desconfianza que nos inspira todo lo nuevo, pero a medida que fui superando mis propias resistencias, fui abriéndome a un mundo que me obligaba a replantearme todo lo que había vivido hasta entonces. Para una persona que amaba escribir largas cartas, poder hacerlo en formato e-mail recibiendo respuestas